Un toque distinto a la tarta de queso es ponerle una gelatina de mandarinas encima, en lugar de mermelada. Además, en esta receta también se añade “polvo de mandarina” a la mezcla de queso para realzar el sabor. La mandarina es una fruta muy saludable que a los niños les encanta. Con esta receta además les estamos dando calcio, lo que es muy importante ya que muchas veces cuesta que tomen leche.
Estos son los ingredientes necesarios para su elaboración:
500 gr de queso crema
2 yogures naturales sin azúcar
10 cucharadas de azúcar
2 cucharadas de maizena
4 huevos
1 cucharada de polvo de mandarinas casero (se puedo poner ralladura de naranja)
Para la gelatina de mandarinas: 200 gr de mermelada de mandarinas o de naranja, 3 hojas de gelatina y un poco de agua.
Para adornar: gajos de mandarina y la ralladura de su piel
Empezamos poniendo en un bol o recipiente grande el queso crema (tipo Philadelphia), los yogures, azúcar, la maizena y los huevos. Lo batimos todo bien con las varillas hasta hacer una crema, le añadimos el polvo de mandarinas y removemos bien.
Untamos de mantequilla un molde y vertemos la mezcla que acabamos de elaborar. El horno debe estar precalentado a 180 grados. Introducimos nuestro pastel de 45 a 60 minutos, dependiendo del horno que tengamos.
Nuestro pastel estará hecho cuando pinchando con una brocheta, ésta salga limpia.
Mientras el pastel se enfría, hacemos la gelatina. Para ello ponemos las hojas de gelatina a hidratar bien cubiertas de agua fría. Por otro lado, añadimos 50 cc de agua a la mermelada de mandarina y la ponemos a hervir hasta que se disuelva bien. Entonces la colamos y le añadimos las hojas de gelatina bien escurridas, removiendo hasta que se disuelvan completamente.
Cubrimos nuestra tarta con la gelatina y la dejamos enfriar en la nevera hasta el día siguiente, cuando la decoraremos a nuestro gusto.
Es más fácil de lo que parece, y queda muy bien, además, el polvo de mandarinas le da un gusto especial a la tarta de queso.
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